
Muchas personas, entre las que me encuentro, acabamos cada día con la idea de que algo no está yendo como nos gustaría. No es que nos falten cosas ni que necesitemos poseer algo que echemos de menos. Tampoco se trata de envidia hacia quienes parecen tenerlo todo.
Es algo que surge desde lo más profundo de nuestro interior, un susurro que nos dice que no estamos siendo nosotros mismos.
Ese susurro nos resuena, nos invita a pensar en un cambio radical: dejarlo todo atrás, cambiar de continente, o incluso iniciar un viaje hacia el horizonte, como si quisiéramos desaparecer. Pero todo queda ahí. Ese ensoñamiento se desvanece cuando nos enfrentamos a nuestros miedos y a las limitaciones que hemos construido a lo largo de la vida. Limites que hemos validado, pero que no nos aportan valor real.
Nos conformamos con el «yo soy así.» Aceptamos esa versión irreal de nosotros mismos, sin darnos cuenta de que es justamente eso lo que genera nuestro descontento. Seguimos interpretando al personaje que hemos creado, mientras dejamos en lo más profundo de nuestro Ser a la persona que realmente somos.
Una de las conclusiones que me planteo es que aquí podría estar la llave para abrir la puerta hacia la vida que anhelamos, hacia la construcción de nuestra mejor versión.
Dos pasos para encontrar esa llave:
- Dejar a un lado al personaje: Reconocer al personaje que nos invalida y permitirnos vernos como realmente somos.
- Darle valor a nuestra verdadera esencia: Liberar a esa persona que dejamos escondida en nuestro interior, permitiéndole expresarse con sus miedos, limitaciones, errores y aciertos. Aprender de cada experiencia y disfrutar de los logros.
Al principio, cruzaremos un puente endeble, casi sin construir, que se irá reforzando con cada paso que demos hacia la otra orilla: desde el personaje hacia la persona real.
Durante este proceso, surgirán emociones disfrazadas de miedo, pero también despertarán herramientas que teníamos apagadas: la razón y el pensamiento lógico. Estas nos ayudarán a superar las barreras físicas, mentales y emocionales que nos han impedido vivir con plenitud. Nos abriremos a paisajes que antes solo habíamos soñado.
Estoy convencido de que sentirás el impulso y te atreverás a iniciar tu camino hacia el autodescubrimiento y la transformación que te colme de satisfacción y bienestar.
Mi mensaje para ti: Aquí estoy para animarte y apoyarte en lo que necesites, como tú lo has hecho conmigo si has llegado al final de estas líneas. Muchas gracias. De verdad, deseo que te atrevas con el «juego» que nos propone Mario Alonso Puig en su libro El camino del despertar.
Quizás sea el momento de dar el primer paso y escuchar ese susurro que hemos ignorado durante tanto tiempo. ¿Aceptas?

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